El color de
los cerezos (2.2)
Vayamos a la barra, está vacía, allí no llega esa música estridente
de la pista, no soporto las marchitas. De acuerdo, yo tampoco, además, quiero
beber algo, hace calor ¡Qué fiesta!, nosotros no tuvimos nada parecido, ¡qué
lindo que María Jesús disfrute tan plenamente su fiesta de casamiento. ¿Qué te
pido? Champán. Bien, un Fond de Cave Brut
para la señora, yo, Chivas Regal, con
hielo, por favor.
¿Sabes?, me encanta mirarte, estás deslumbrante, ese vestido
de Saks te queda muy bien, así,
ceñido a las caderas y, jaja, a tus elegantes 52 quilos, ¡qué caída la de esa
viscosa!, fina, liviana, marca tus formas, hermosos los dibujos de flores sobre
blanco, las mangas hasta el codo, bien por las hombreras, el escote, ¡qué clase!,
una V profunda y larga, combina perfecto con tu metro setenta de altura. Me
gustan las sandalias, te atreviste con tacones pronunciados, perfecto el talón
desnudo con una tirilla angostísima. Las conseguí en Porta Portese, en Roma, nunca sabes lo que puedes encontrar allí. Estás
más tostada que yo, válgame, cómo resaltan esos ojos tuyos, bellos, felinos, incontenibles.
Para mis adentros pienso, tampoco yo estoy mal, un metro setenta y cuatro, 70
quilos; estoy enfundado en un traje Pierre
Cardin de 3 piezas, paño tropical color arena, peligrosamente claro, elegí
una corbata de seda italiana roja y marrón para contrastar, el nudo clásico, la
camisa blanca. Por el color de nuestras pieles es evidente que estamos a fines
del verano, hicimos bastante playa oceánica.
Sé que no te entusiasma la música movida. También sé que no
tienes límite para mirar mujeres a diestra y siniestra y, si son atractivas, te
quedas como congelado. Bueno, bueno, ¿qué me quieres decir con eso? Me llevo
otra vez el whisky a los labios mientras, miro sus ojos, es extraño, ahora
proyectan melancolía. Ya terminaste tu Fond
de Cave, oye camarero, ponle otra copa de champán a mi mujer, Chivas a mí,
y más hielo. Prueba las castañas de cajú y los palitos de queso, ¡están súperrrr!
No tengo ganas en este momento. Noto, para mis adentros, que me quiere decir algo,
lo veo en su mirada que no es la de siempre. ¿Has visto qué divina está
Alicia? No la conozco, el Chivas está
muy rico. Que no la conoces me dices, pero la seguiste con la mirada cuando
pasó cerca. ¿Tampoco conoces a Raquel?, se pavoneó con ese escote descomunal caminando
provocativamente, se cree que está sobre una pasarela. Oye, baja un poco la
voz, no, no, no le noté nada especial, además, estaba de espaldas a ella. ¡Cuándo
no!, esta desfachatada se sentó en el puf donde estabas tú, vale, a tus
espaldas, pero bien que se te pegó restregándose contra ti. Claro que no la
mirabas, pero la sentías. Bueno, bueno, qué quieres, yo no tengo nada que ver, fue
ella la que vino y se sentó en el mismo puf. ¿Qué buscas con tanta reprimenda?
Has terminado tu champán, te pido otro. Camarero, Fond de Cave para la señora y completa
mi Chivas, más hielo, gracias. Si te
hablo de todas las veces que miras lascivamente a otras mujeres no sé cuándo
terminaríamos. Ya es demasiado, y ahora mi marido pone su mano sobre la mía
como si nada pasara, ¡qué caradura!, callo, no digo nada, miramos los invitados
bailando en la pista, también a los que sólo conversan. Sigue tomándome la mano
mientras se fija en esa chica, ¿será posible? Retiro mi mano. ¡Ya te pesqué
otra vez!, le clavaste los ojos a la rubia, no parece mayor de 18. No me
lo niegues, te vi hacerlo sólo unos pocos segundos atrás y para colmo, me tomas
la mano. El otro día lo mismo, me hablabas sin pausa de Graciela, dijiste que tiene
18 años también, dices que la quieres transformar en modelo top. ¿Acaso
necesitas fotografiarla sin sostén para eso? Sabes muy bien que es mi trabajo,
soy un profesional serio y, no sólo eso, también debo hacer funcionar las RRPP
y su imagen en los medios. Sí, y ya que hablamos, te cuento que el otro día la
llevé al cocktail lounge del Columbia para que mi cliente, Bukaloff, el amigo
de tu papá que tiene la fábrica de lencería y trajes de baño, la conociera en
persona, se la he propuesto para que liderar la campaña de esta temporada, ¡yo
la descubrí! Ahora confiesas que has salido con ella y, ¿qué me dices?, acaso
la chica rubia que te comías con la vista hace apenas un minuto, ¿era también
trabajo? Las observo porque son la materia prima de mi trabajo, soy un artista,
y muy creyente, ¡admiro la obra de Dios, ja ja!
Póngame otra copa de Brut.
También este barman es otro mirón, como si nunca hubiera visto una mujer. Y
Chivas para mí, por favor. Ahora, ya que estamos hablando a calzón quitado, mi
divina mujer, ¿a qué viene todo esto?, sólo me recriminas o, ¿qué buscas? No
las resisto, son muchas cosas, las dejé pasar, pero ya no da para más, me
molesta y mucho. Sigues actuando igual, ya mismo mientras te hablo, tu vista se
posa en la mujer de Esteban, anímate, ya que eres un artista dile que no le
vendría mal bajar unos quilitos. Sabes que se ofreció para trabajar de
secretaria en el estudio, y está más que calificada, habla cinco idiomas y tiene
un MBA. ¿Vas a terminar o seguirás arrimando leña al fuego? El Chivas no me calma,
tengo ganas de irme. Mira que sé mucho más de tus andanzas de lo que te
imaginas, como con esa amiguita tuya, Susana, la que te llamó a casa casi a medianoche,
¿era también por trabajo? O la María del Rosario, mucho instituto de monjas,
familia de chupavelas, pero es más
loquita que lo que se puede uno imaginar, hasta se atrevió a hablarme para que
la tomaras como asistente, para la entrevista contigo se fue de hot-pants brevísimos y una blusa casi
transparente. ¿Y qué me dices de cuando estás con tu discreta Mehari, tapizada de carteles del estudio
y entras a hoteluchos de dudosa reputación? Hago muchas tomas on location, eso lo sabes, bueno, si tanto
te molesta mi trabajo y quieres hacer tu propia vida, te ofrezco la libertad,
cada uno por su lado, pero te repito, yo te amo sólo a ti. Así que estás en
machito, me ofreces la libertad cuando eres tú el que se la toma a cada minuto sin
ni siquiera pensar en mí.
Oye, tráeme más Fond
de Cave. Vale, vale; yo sigo con el Chivas,
pon más castañas. Me quedo callado y sorprendido, sus ojos ya no tienen aquella
mirada melancólica de cuando nos sentamos en la barra, se han transformado en
estiletes fríos, punzantes, agudísimos, prontos a destruir donde se posen. No
respetas nada, ni siquiera a mi amiga que te recomendé para arreglar la contabilidad de tu empresa, al tiempo la despediste para así poder seguir siendo amantes
sin lazos laborales, ambos lo sabemos muy bien, ella me lo confesó. Mira, te
vuelvo a decir que tienes razón, he hecho cosas que no están bien, todo lo que
has hablado es cierto y hay muchas más cosas aún, estoy dispuesto a dejarte
libre y tranquila, pero tienes que saber que, haya hecho lo que haya hecho,
todo ha sido sin amor. No quiero que estés mal, yo sólo te quiero a ti, y mucho, pero
estoy dispuesto a perderte para que no sufras más. Otra vez silencio, el barman
amaga a traer más bebidas, no, por ahora no, gracias, mi admirable mujer sigue
callada hasta un: voy al aseo y vuelvo en un minuto.
Ella se levanta alejándose de la barra. Hablo conmigo mismo
mientras paladeo el Chivas restante del
vaso en mi boca. ¡Qué cuerpo escultural!, fíjate, esas pantorrillas tostadas
por el sol de la playa y, cómo se contonean sus generosas caderas, qué hermoso el
cabello acompañando el movimiento a sus pasos decididos con suaves ondulaciones,
esos talones desnudos en las sandalias con tacón stiletto de Porta Portese.
Camarero, ¡escúchame!, ahora sí, ya puedes reponer las bebidas, gracias.
Listo, ya está, dice mientras se sienta en la banqueta de
la barra, veo que su mirada ya no es del estilete afilado de hielo dispuesto a
perforar cualquier alma, es la bondadosa de siempre. Te veo más distendida ahora,
luego de ir al aseo. Sí, sí, pensé un poco, ¿sabes?, está bien, si todo fue sin
amor no hay problema. Ah, me terminaré el champán, yo haré lo mismo con el
Chivas, pero, vayamos ya a bailar, están pasando temas lentos, oye, han puesto
a Manzanero en Somos Novios, ¡nuestro favorito!
Somos novios
pues los dos sentimos mutuo amor profundo
y con eso
ya ganamos lo más grande de este mundo
Nos amamos
nos besamos como novios
nos deseamos
y hasta a veces
sin motivos, sin razón
nos enojamos
Somos novios
mantenemos un cariño limpio y puro
como todos
procuramos el momento más oscuro
Para hablarnos, para darnos
el más dulce de los besos
recordar de qué color son los cerezos
sin hacer más comentarios, somos novios
Somos novios, sólo novios
siempre novios, somos novios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario