Hola buenos días, chicas y chicos.
Feliz me siento hoy, como nunca.
Este es un bonito curso el que comenzamos. Lo vamos a pasar genial todas y todos. Qué guapas y qué guapos estáis tras el verano.
Las mascarillas os sientan fenomenal, os realzan la personalidad. En vuestra mirada atenta puedo comprobar el brillo de esas pupilas que expresan el apetito por aprender.
Qué ordenada está el aula este año. La han dejado perfectamente cuadriculada con veinte mesas, en cuatro filas de a cinco, a distancia de metro y medio. Es de agradecer. Yo no lo habría podido diseñar mejor. No señor. Vamos, ni por casualidad. Esta será, sin duda, una gran ventaja porque no nos vamos a distraer ni un segundo hablando con las compañeras y con los compañeros de grupo como el año pasado.
Hablemos de los materiales.
Los materiales este curso 2020/21 no los vamos a utilizar con lo cual los vamos a mantener como nuevos, no se van a deteriorar los xilófonos, ni se van a estropear los cables de los micros, ni hará falta comprar cuerdas para las guitarras. Así los tendremos en perfecto estado el próximo curso.
Como llevamos la boca tapada este curso vamos a ejercitar el oído. Tema muy importante en nuestras clases de música. Así cuando yo cante tendréis que agudizarlo. Cuando yo os pregunte la teoría también tendré que hacer lo propio. Será un esfuerzo mútuo.
Por otro lado no tenéis que entregarme ninguna actividad en papel. ¿Os imagináis lo que podéis ahorrar a vuestras familias? Mucho dinero. Yo tampoco voy a tocar ninguna libreta, así que no os van a hacer falta.
Este nuevo sistema tan profiláctico, especial, hacendoso, supercalifragilísticoespialidoso me atrevería a decir, ideado por nuestro gobierno, es de mucho agradecer. Su previsión, perfecta organización y derroche de ayudas no tiene parangón en los anales de la educación contemporánea. Nunca he tenido en mi dilatada trayectoria como docente tantas ganas de enseñar.
Por último, y por ello lo más importante.
En nuestras clases de música de este excitante curso, confirmaros que tampoco vamos a tocar ni a cantar, no tendremos actividad coral, ni ensayos de la bien estimada banda de jazz. Todo ello repercutirá en una satisfactoria sensación de reposo, una iniciática calma mental y un relax físico que ni los grandes meditadores del Tibet podrían soñar en sus viajes al Nirvana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario