domingo, 11 de abril de 2021

La vacuna (v. 1.2) - Un divertimento de vacaciones.

 

La vacuna

19:12 – Salgo por Blanquerías, llego a Giner, tomo a la izquierda. En mi mente suena L’histoire du Soldat, la marcha, el contrabajo marcando con cuartas el ritmo.  Sigo la música de Stravinsky, oigo los versos que escribió Ramuz: 

… Un soldat qui rentre chez lui,

quinze jours de cougé qu’il a,

marche depuis longtemps déjà,

a marché, a beaucoup marché,

s’impatiente d’arriver parce qu’il a beacoup marché … 

Son 940 metros al Centro de Salud, 14 minutos. Llegaré 19:26. La cita, 19:35. Haré tiempo en la puerta. Ya estoy en calle Alta, corto por Santo Tomás, cruzo la plaza Mosén Sorell, llego a Pintor Zariñena, estoy adelantado, cambio, de L’histoire al Settimino, aminoro el tempo. El semáforo de Guillem de Castro agrega un minuto.

19:27 – Estoy en la puerta, parece una entrada de garaje. Veo luminarias a mucha altura, desparraman luz azulada, típico de lugares públicos, allí el tono es siempre frío, ningún edificio estatal es cálido.

19:30 – Me acerco a la puerta, un portero, enfermero, bata blanca desprendida, va llamando a los citados. Tiene un aparato con reminiscencias de pistola, quizá escudriñe, desde la frente, mis pensamientos. La temperatura está bien, estás en la lista, pasa y siéntate.

19:32 -  Llegan otros pacientes, quieren entrar. No entienden, cada cita está hecha de 5 en 5 minutos para evitar aglomeraciones. El guardia enfermero se impone, varios (im)pacientes se quedan rezongando afuera. Espero.

19:38Pasa ya, me indica una puerta lateral, hay un cartel grande: VACUNACIÓN COVID. La misma luz, cenital, blanca y azulada de todo sitio público. No hace frío, pero no hay calidez. Hay personas en esa antesala, bastones, un andador, una señora joven acompaña a un anciano. La puerta está abierta, veo el motivo del retraso: el recién vacunado anterior no puede volver a vestirse, vamos a ver cariño, muy bien, así me gusta, la enfermera lo ayuda. Alguien está antes que yo, el de las 19:30. Habla solo, ¿rezará? La enfermera insta al anterior para que salga, llama al del soliloquio. Mientras, llega otro paciente de la clase de 1942, la luz blancuzca acentúa su rostro delgado y exangüe, pómulos salientes, mal afeitado, no termina de entender dónde está, ¿acá vacunan?, sí, caballero, la enfermera lo llamará, trato de ayudar. ¿Es aquí?, no lo veo, es detrás de esa puerta, caballero, le digo y agrego, tranquilo, tranquilo, enseguida lo llamarán. Iba y venía sin pausa, a la puerta, al pequeño mostrador de la recepción, busca su tarjeta de Seguridad Social, no la encuentra. Vuelve a los asientos, elige el que está marcado para no usar. Mire, no puede sentarse ahí, debe quedar un asiento libre por medio. Mira como si estuviera rodeado de enemigos. Todo mal organizado, se queja, ah, si volviera Franco esto no pasaba, y me vuelve a preguntar, ¿es acá donde vacunan?

19:43¡Mario Atilio!, entra cariño, te toca a ti. Mi vecino del soliloquio trata de meter su camisa en el pantalón, no lo logra, cariño, arréglate afuera que nos retrasamos mucho. Yo me había preparado en la espera, estoy en mangas de camisa, cariño, siéntate, ¿qué brazo prefieres?, soy de izquierdas, éntrale a ése con fe, mientras, miro para otro lado.

19:45Listo, cariño, quédate por acá unos 10 minutos, luego te vas a tu casa, vida normal, ¿vale? Me siento los 10’, llegan otros supervivientes del 42, son tres, una pareja, ella, muy enérgica, arrastra a su esposo, ensimismado en un universo alejado e individual, el tercero es un caballero erguido, elegante, sabe dónde y por qué está allí, choca con la atmósfera que respiro, un lugar lastimoso, lúgubre, penoso, alienante. ¿Será mi clase de 1942 que lo hace así?, o fue sólo una coincidencia deprimente. ¿Y si, al final, soy yo como todos?

 Valencia, sábado 10 de abril de 2021.

2 comentarios:

A mos redó - Na Jordana (alternativa, hasta con 3 adjetivos, para el ej. Nº12)

  A mos redó - Na Jordana Los veo, ¿me veo?, casi todas las mesas de la terraza ocupadas, son vecinos del barrio, aquí es raro ver turista...