[Aclaración: son borradores parciales, por eso los [.....] en varios, de los distintos personajes que esperan el desarrollo de los acontecimientos reflejando sus personalidades]
El general (2, tentativa de desarrollo)
I – El manifiesto de Andrea
Soy Andrea Martínez. Tengo 14 años. Estoy en tercero del secundario del barrio de La Loma. Mi papá, Ernesto, es conductor de autobuses. Amelia, mi mamá, trabaja como asistente de enfermería en el dispensario del barrio. Tengo dos hermanos mayores, Fernando y Sergio. Fernando es un nerd, sólo le interesa estudiar física y matemáticas, dice que se ganará una beca para estudiar en la universidad Patrice Lumumba de Moscú. Sergio es distinto, siempre le gustaron temas de arte, tiene un cuerpo atlético y esbelto como yo, desde pequeño quiso ser bailarín. Ahora forma parte del ballet del Teatro Nacional “Libertad y Alegría”. Todos me dicen que debe de ser marica pero no lo es, tiene novia, bailarina también y piensa casarse pronto. Yo tengo un novio en el colegio, es Roberto Fraga, tiene 15, ya cursa cuarto. Me gusta bastante. Dice que será ingeniero calculista. Es alto y tiene buena pinta. Es un poco especial, juega ajedrez muy bien y está tratando de enseñarme backgammon, le parece que es más apropiado para jugar en pareja. Para mí, no hay como las damas. No salimos mucho pues a nuestra edad todo lo divertido está limitado. Tenemos discotecas para menores de 16 años (abren de 17 a 22h) pero son bastante aburridas; a él le parecen tontas. Hemos bailado temas lentos juntos, a veces muy juntos y me encantó. No llegamos más que a eso. Ambos sentimos querer ir a más pero no nos animamos. Mi compañera de clase, Susy, Susana Gómez, es muy distinta. Se viste llamativamente, usa su desarrollado cuerpo para abrirse camino con otros chicos y hasta con los profesores. Susy me comentó que cuando el profe de literatura, un tipo joven de lentes gruesos y chaqueta de tweed le había puesto una nota baja, se acercó al escritorio donde estaba sentado e inclinándose todo lo que pudo le preguntó la razón de su nota baja. Me confesó que previamente se había desprendido algunos botones de la blusa para lucir sus generosos pechos. El profesor no pudo evitar quedarse mirando, se turbó, se sonrojó. Luego, sus notas de literatura mejoraron. [...........]
II – Lo que cuenta Susy a Andrea
.
Ay Andrea, qué te cambia, me preguntas. Te digo que es una cosa más, como aprender a andar en bici, una vez y ya está. Que duele, sí, duele. Que no sientes nada, que más bien sientes repulsión, también te lo acepto. Pero no puedes esperar a estar con quien realmente quieres y deseas para eso. Lo pasarás mal pues no sentirás placer; hasta puede que quien te lo haga te desagrade. Esa primera vez es como hace mi mamá cuando compra una sartén nueva: antes de usarla la unta con aceite y la calienta un poco. No le saldrían las cosas ricas que prepara si no la sometiera a ese proceso antes. Esto es igual. Sé que Pedro quedó enganchado conmigo pero a mí no me gusta, no quiero verlo más, lo elegí porque tenía experiencia. Fíjate que en cambio me encantó hacerlo con Fernando de 5to, ya probé varias veces, también me gustó con Miguel de 6to.
Disfruto cuando me miran los tipos grandes, les clavo mi vista fijamente y se sienten totalmente aturdidos. Me causa mucha risa, no puedo ocultarla. Al general también lo miré fijo, sin pestañar, hasta con picardía. Se ve que es un tipo que sabe dónde está parado pues no percibí que se sintiera incómodo. Ya he pasado cuatro fines de semana en la quinta y siempre soy de las “elegidas”. He jugado al pool en El Casco, de igual a igual, yo con él ¡No me digas que no sé cómo manejar al general, ja ja!
III – La madre le habla al padre mientras Andrea está en la quinta
“No sé por qué te pones así. La nena es grande ya, seguro que sabe mucho más de la vida que nosotros a esa edad. No me digas que es una niña. Ahí tienes a Susy, su compañera de clase, los padres tienen acceso a las tiendas para extranjeros. Helena, la madre, me dijo que Abel, su marido, esperaba poder comprar un Niva 4x4. Y nosotros ni un Lada tenemos.
Cuántas veces te dije que con tu actitud no vamos a progresar nunca. ¡Mírate!, hace 25 años que eres chófer de autobús y sigues igual, ni siquiera has adelantado a encargado de línea, y ni hablemos de ser supervisor. Claro, siempre discrepando y llevando la contraria al SUNT, raro es que sigas trabajando.
¡Mira si trascendiera lo que has dicho que el General! Lo has catalogado de degenerado por invitar a niñas a la quinta presidencial. ¿y si alguien se entera? A él le gusta la juventud y sabe cómo mantener felices a las próximas generaciones. A todo le encuentras el lado malo. Además, si es o no un degenerado, no es nuestro problema.
El problema es que con tu actitud yo tengo un trabajo de mierda como asistente de limpieza en la clínica y tú sigues manejando los mismos autobuses desde hace 25 años. Me tengo que contentar con la porquería de “Fragancia de Olas” cuando Helena alterna entre Chanel Nº5 y First de Vanclefyarpels, no sé pronunciar esas palabras difíciles, pero me lo hizo oler el otro día y era sensacional, muy fresco y juvenil. Y tú, tomas aguardiente “Orgullo Criollo” con CocaCola porque es intragable, mientras Abel disfruta whisky escocés Caballo Blanco.
No sé cómo te preocupas tanto de la niña, si supieras lo que es ser mujer. Es sufrir como sufro yo por tener que aguantar tus delirios de libertad y democracia. La democracia sería que tú tuvieras un Lada como el de Abel y yo los perfumes franceses Chanel, las cremas Vichy y Orlane, los rouges Maybelline, el hidratante Shiseido, el Absolu Rouge de Lancôme, los delineadores de ojos Diorshow, la lencería de Victoria’s Secret, las gafas RayBan como las que usa el general y pañuelos Ralph Lauren. Eso sería la democracia y libertad auténtica con la que tanto te llenas la boca.
Me tienes harta; eres poca cosa, eres un miedoso. Tanto has hablado que has terminado por inculcarle esas ideas inservibles a tu hija menor, siempre llevándonos por el lado impráctico de la vida. Los varones se van salvando, están en una onda diferente, uno salió estudioso, el otro artista y está en lo que le gusta. ¿Qué nos pasaría si cuando está en la quinta, Andrea sale a decir algunas de las estupideces que tú le has estado metiendo en la cabeza? [.....]
IV – Reflexiones de Roberto en el entrenamiento pre-militar
Yo soy Roberto, curso 4to. Tengo 15 años. Cuando estaba en segundo vi a Andrea y me gustó, ella recién entraba al instituto. Tiene una figura esbelta, más alta que otras estudiantes, casi tanto como yo que mido 1.75. Andrea no estaba para las tonterías que hacían las otras niñas. Ella parecía muy centrada en sus estudios, ya se perfilaba como una patinadora muy buena. Se entrena todos los días y por eso llegó al equipo Nacional Juvenil de Patinaje Artístico. Fue muy sorprendente y hermoso cómo pasó de ser una niña alta a tener formas muy atractivas en su segundo curso. Yo soy tranquilo, me gusta observar y pensar. Juego al fútbol pero no soy bueno. Donde sé que soy bueno es en el ajedrez. Estoy en el equipo del liceo y competimos con otros institutos. Se me da bien, me apasiona, es cuestión de concentrarse y pensar. He tratado de enseñarle a Andrea, ella no hace más que mover bien las fichas pero no es capaz de adelantar pensamientos. Es demasiado buena para imaginar estrategias que perjudiquen al adversario. Le he querido enseñar backgammon pero tampoco funcionó, ella no quiere ir más allá de las damas. Salimos a pasear mucho, charlamos de todo un poco. Ella está muy informada de cuestiones de historia, política y sociología. Yo soy bueno con las matemáticas y el dibujo, me gusta la ingeniería pero entiendo lo que ella me explica. Menos mal que yo la quiero y comprendo, dice cosas que si no fuera que habla conmigo le traerían grandes problemas. Siempre cuestiona al general, yo la entiendo pero prefiero olvidar lo que me dice. Hemos ido a bailar también, ¡uy! qué divino es sentirla cerca, muy cerca realmente. Nos besamos muchas veces, puedo decir que fue ella quien me enseñó. Fue hermoso. Me dijo que había practicado besándose el dorso de la mano. Ahora, mientras estoy en el entrenamiento pre-militar, me gustaría tenerla cerca.
Sé que le ha tocado ir a la quinta presidencial. Me da miedo, ella es tan espontánea. Espero que le vaya bien, se dicen cosas horribles del general. Mientras Andrea mantenga la boca cerrada y no empiece con sus críticas sociopolíticas va a estar bien. Además, a pesar de lo que se dice, sé que el general es un gran estratega, un auténtico jugador de ajedrez. Sé que lo practica a muy buen nivel en su quinta. No hará nada que lo perjudique, ni a él ni a su régimen. Por algo está donde está hace tantos años. Mis compañeros no entienden esto, lo aman o lo odian. Yo, sin embargo, trato de pensar cuáles serían sus próximos movimientos, como al jugar ajedrez. Confío en eso, en la inteligencia de él y en el amor de Andrea hacia mí. Igualmente me imagino que el general, si puede, se va a aprovechar de la situación. Como en el ajedrez, dependerá de los movimientos del otro y controlará su riesgo.
V – Segundo manifiesto de Andrea mientras la espera se acorta
Ya estoy en la puerta de El Casco. Vine con Alba, la niña de 2do y Laura, la de cuarto de mi colegio. Hay tres niñas más, son de otros institutos que vinieron acompañadas de su monitora. La nuestra es muy simpática, nos dijo que la íbamos a pasar de maravilla, que éramos muy afortunadas por ser de las “elegidas”. A pesar de las cosas que me decía mi papá no creo que el general sea lo que dicen, no hay más que verlo para darse cuenta de que es un ser excepcional. Tan apuesto, tan distinguido y un gran deportista. Claro, no quisiera que sucediera nada anómalo. Por suerte nuestra monitora, Beatriz, una chica bastante joven, unos 30 años, es muy bondadosa y lindísima, es profesora de educación física. Dijo que nos acompañaría en El Casco, así nos sentiríamos más tranquilas. Me da confianza, no sé por qué se hablan tantas cosas de las monitoras, yo no noto nada.
Lo que me contó Susy es un poco diferente, estuvo en el cuarto de juegos sola con el general; tuvieron varias partidas de pool, Susy es muy buena con tacos y bolas. Las otras chicas que ya habían estado en ese cuarto miraban películas junto a las monitoras. Bueno, Susy es, Susy. Nunca me quiso contar más allá de las partidas de pool. Me dijo embobecida que el cuarto del general tiene una estufa de leña enorme que mantienen prendida aún en verano, ponen el aire acondicionado fuerte para compensar. Frente a la estufa hay pieles de osos blancos y otros animales salvajes. Está tapizado de cuadros históricos y tiene una biblioteca enorme. Caminó descalza sobre esas pieles y se sintió como en las nubes. Sentí ganas de hacerlo yo también. En la mañana del domingo tienen el desayuno en El Casco, todas las chicas estaban muy felices luego de una velada tan divertida, habían conocido al general de cerca. Las monitoras las acompañaron, el general se acercó a beber café con ellas.
Qué suerte que está Laura entre las "elegidas", es muy inteligente; también capaz de tramar cosas muy divertidas. No es la mosquita muerta que uno pensaría al ser una alumna de su brillantez pero a ella le gusta divertirse manteniéndose, aparentemente, muy recatada. Cuando después de la cena nos llevan a conocer el cuarto de juegos veo que es aún más impresionante de lo que me había contado Susy. Ocupa casi toda la planta inferior que da al jardín [......]
VI - Epílogo por Andrea luego de la espera
¿Dónde estoy? ¡Qué dolor de cabeza que tengo! Pienso si será así como se sienten los héroes al culminar sus tareas libertadoras, sus mandatos sublimes para el beneficio de la humanidad. Llamo a mi papá repetidamente. De pronto se me aparece el [....]
No hay comentarios:
Publicar un comentario