Estructura inicial para "Susy y Andrea" (con algo de intimidad)
Tiempo: Sucede en
2002, es un reencuentro, no se veían desde el secundario. La dictadura había terminado
en 1982 con una transición democrática.
Carreras: Andrea se licenció en educación física.
Es profesora de secundario y entrenadora de natación. Susy, estudia inglés a
fondo y administración de empresas.
Vidas: Andrea
deja a Roberto. Se ennovia con un compañero de Educación Física, Mariano, se
casan, unos años después tienen un bebé, Rodrigo. Da clases en el secundario,
también en una de las piscinas públicas, su esposo hace lo mismo en diferentes
institutos. Susy estudia administración de empresas en la universidad privada
ORT. Se lía con Arthur, hijo del agregado comercial australiano. Se casan antes
de culminar ella la ORT. Poco después concluye la misión diplomática del padre
de Arthur, viaja con él y su familia a Australia. Culmina allí su MBA, se divorcia
unos meses después. Conoce un poderoso ganadero australiano, Greg, se casa con
él. Hay reservas aborígenes cerca de la inmensa station (finca) en el Northern
Territory, se familiariza con los nativos y su artesanía.
Trabajo: Andrea y
Mariano llevan vida de clase media-media. Viven en un barrio corriente, en un
apartamento de 65 m2, pagan apenas más que la renta mensual para comprarlo, son
planes del Banco de Vivienda del Estado, vienen desde la dictadura. Susy lleva
vida de millonaria. Greg vuela su propio avión bimotor para llegar a la station en el lejano norte de Australia.
Crea una cooperativa: “Hands of Oceania”
donde centraliza la producción y comercialización de la artesanía de los
pueblos originarios, les agrega otras actividades productivas que inventa, así da
trabajo a las mujeres aborígenes. Se divorcia de Greg, al que descubre cometiendo
adulterio, obtiene decenas de millones de AUS$. Agrega cooperativas de otras
naciones de Oceanía cercanas a Australia. Se transforma en una operación global
que mueve cientos de millones de AUS$, tienen su propio jet para moverse por
ese extenso territorio. Goza de la bendición del gobierno australiano, es debido
a las mejoras que Hands of Oceania ha
acarreado al colectivo aborigen. Ella es su CEO, dinámica, imparable,
arriesgada, la ejecutiva perfecta, viaja continuamente por todo el mundo.
Padres: Helena y
Ernesto han progresado. Ella pudo dejar de limpiar en la clínica, trabajó en
una tienda de cosméticos. Se jubiló, está contenta, mientras Andrea da clases
puede cuidar de su niño. Ernesto dejó de conducir autobuses, es supervisor de flota.
Espera jubilarse pronto, a los 67 años. Amalia y Abel continuaron con su forma
de ser, se aprovechan de todo, como durante la dictadura, consiguieron un
préstamo previsto para rehacer las vidas afectadas por el régimen, con ello pagaron
la universidad ORT a Susy. Ella decide mudarlos al sur de España, es más fácil
visitarlos allí, viaja continuamente a Europa.
Sentimientos: A
su manera, cada una sabe por dónde van sus corazones. Andrea es introvertida, a
pesar de todo encara su matrimonio con decisión, está resignada, no siente
entusiasmo. Al disfrutar de algo, su mente se traslada a Susy, sólo quisiera
compartirlo con ella, como en el secundario. Nunca se manifiesta, su yo oculto no
aflora, sólo muestra una normalidad cansina, una vida rutinaria. Todo pasa en su
interior, es la intimidad que no revela. Guarda una foto de Susy, es del
secundario, la lleva en un bolsillito apretado de su billetera. La saca cuando
se siente sola, la mira y se pregunta, por dónde andará, qué estará haciendo,
cómo se sentirá. Susy es extrovertida. Se entrega a sus novios, maridos y
amantes con pasión explosiva, aunque efímera. Nunca estuvo con una mujer.
Cuando mejor está más piensa en Andrea, desea compartir esos momentos con ella.
Escribe una poesía inspirada por ella en un hotel de París (Thought dreaming, lo hizo en inglés), la
echa de menos.
Cita: (20 años
sin verse): Susy nunca volvió a Sudamérica luego de llevar a sus padres a
España. Decide ubicar a Andrea, su oficina lo hace, la llama, hablan poco. Le
dice, para sorpresa de Andrea, que la espere en el bar panorámico del hotel
Sheraton a las 19h del viernes siguiente, sólo a cuatro días de esa llamada.
Re-encuentro:
Susy aparece, luce despampanante, están en el cocktail lounge del piso 20. Andrea, viste sencilla, tiene un toque
deportivo, su porte esbelto destaca. Llegó temprano, hacía unos minutos que esperaba.
Se cuentan sus vidas de 20 años en una hora. Andrea se siente bien, puede
confiar su yo intimo a Susy, habla de cosas que jamás compartió con nadie, secretos
que ni su madre conoce. Susy le relata alguna de sus insólitas aventuras. Al
cabo de varios martini dry, Susy la
invita a su suite del piso 19, quiere entregarle un regalo. Andrea termina su
copa de Malbec y la sigue. Se
maravilla, la suite es tan grande como todo su apartamento, tiene una vista
maravillosa de las playas, aquellas donde Susy imaginaba que el mar la abrazaba
soñando que era Andrea. Susy le entrega un tubo de bambú tallado por los
aborígenes. Le pide que lo abra. Dentro encuentra un rollo con una hoja de papel
membretado del hotel George V, Faubourg
Champs Elysées, Paris. [aquí pondré
el breve poema en inglés con la traducción que agregó Susy en otra hoja].
Andrea lo lee, luego saca la ajada foto de su billetera, se la muestra, se
emocionan, lloran, se abrazan. Susy sugiere a Andrea que llame a su marido para
avisarle que llegará tarde, que se ocupe del niño. Cenarán juntas. Llama al room service, pide que a la cena para dos
agreguen una botella de Dom Perignon.
Susy no tiene negocios en Sudamérica, sólo se queda cuatro
días, se ven a diario. Piensa en inventar algo para viajar y verla más seguido.
Andrea se siente bien, más segura ahora, Susy también. Ambas, por primera vez
en sus vidas, están plenamente satisfechas, tranquilas, contentas. Susy evalúa
el inglés de Andrea, es insuficiente, es lo que aprendió en el colegio. Le
regalará un curso intensivo y personalizado de inglés. A Andrea le brillan los
ojos, su mente fantasea, quiere estar con Susy, en Australia o donde sea. Los
hechos empiezan a cambiar de rumbo, ¿Qué podría hacer con el marido y el niño?
Su relación con Mariano es penosa, anodina, siente como que está por obligación.
Cuando se ve con Susy no hay ninguna simulación, son totalmente auténticas. Liberan
su ser íntimo. Están felices.
Andrea no quiere seguir casada, Mariano es una molestia, cree
que él viola su intimidad. Decide divorciarse. Basta que ella lo pida, son las
nuevas leyes de la democracia. Susy comenta que podrían casarse en Holanda, han
legalizado el matrimonio igualitario. Está dispuesta a aceptar a Rodrigo en la
nueva familia.
Helena y Ernesto se molestan cuando Andrea anuncia que va a
divorciarse, afirma que no siente nada por Mariano, le cansa y aburre. Helena
le pregunta si hay otro hombre, contesta que no, se guarda lo de Susy. Recuerda
a su padre que renueve el pasaporte español, pide a su mamá que saque urgente
el de Italia, es hija de italianos. Susy le aconsejó eso, lo había hecho con
sus padres. Andrea no resiste más, siente no poder seguir conviviendo con Mariano.
Vuelve a casa de sus padres, a su viejo cuarto de estudiante, inicia el
divorcio, recurre a Laura, la antigua compañera del secundario, una de las más
brillantes abogadas, atiende en el mejor bufete del país. Le confiesa que no
podrá pagarle sus honorarios, pero que la necesita. Será fácil, no hay mucho a
dividir. Andrea sólo quiere la custodia de Rodrigo, no le importa el
apartamento. Mariano ya tiene una amiga,
no se opone a nada, desea proseguir libremente con esa nueva relación.
Susy llama a Laura desde Sydney, le asegura que ella cubrirá
todos los gastos del divorcio de Andrea, sólo le ruega que proceda lo más
rápido posible y, para acelerar trámites, le sugiere que sea generosa con los funcionarios, nunca le
faltará el dinero. Como siempre, una vez que se decide es pura acción, hace una
nueva visita para ultimar detalles.
Estadísticas:
Andrea llevaba 9 años casada con Mariano, tuvieron un bebé, Rodrigo, cuatro
años. Nunca fue promiscua y, aparte de Roberto, no tuvo otros novios ni
aventuras destacables, tampoco había intimado con mujer alguna. Susy acumulaba
dos matrimonios, promiscua desde niña, hasta con el general de la dictadura. Sin
experiencias con otras mujeres, muchas pretendientes, nada más. Amantes masculinos
por decenas. Sin hijos.
Epílogo: Dos años
después, en 2004, conversan mientras toman el té en la verandah de una de las propiedades de Susy, la que tuvo que dejarle
Greg, está en el Northern Territory.
Se sienten despojadas de límites, nada las constriñe, se abren, hablan sin
tapujos, no hay más secretos, por fin comparten una sola intimidad. Susy le cuenta
su aventura en la quinta del general, Andrea hace lo mismo con el origen de su
frustración sexual con Roberto. Se ríen, son las compañeras íntimas del
secundario. Están vivas.
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